Santuario de Nuestra Señora de la Presentación de el Quinche

Salve, Salve Gran Señora                                      Ob Amorem Dei                                     Salve, Salve Gran Señora                                     Ob Amorem Dei                                     Salve, Salve Gran Señora                                     Ob Amorem Dei                                     Salve, Salve Gran Señora                                    Ob Amorem Dei                                    Salve, Salve Gran Señora                                    Ob Amorem Dei                                    Salve, Salve Gran Señora                                    Ob Amorem Dei                                     Salve, Salve Gran Señora                                     Ob Amorem Dei                                     Salve, Salve Gran Señora

NUevo Santuario

SANTUARIO

IGLESIA PARROQUIAL
DE EL QUINCHE

La maravillosa y  célebre estatua de María fue desde luego puesta en la iglesia parroquial de El Quinche, convertida en su nuevo santuario; pero, como continuasen los favores del cielo en favor de cuantos a él acudían, y la concurrencia de peregrinos fuese mayor cada día, hízose necesario pensar en la construcción de otro templo.

Todos los pueblos comarcanos, desde el principio de Nuestra Señora de El Quinche, prestaron gustosos su activo y eficaz concurso a la ardua y trascendental empresa. Merced a tan general y piadoso empeño, la obra fue concluida en poco tiempo; de manera que, en 1630, la santa Imagen fue por segunda vez trasladada a otro santuario, distante del anterior quince cuadras. 

Esta soberana Reina demostró con repetidos prodigios cuanto se complacía en los generosos sacrificios de sus devotos por construirle ese templo. Referiremos una de aquellas maravillas. Uno de los que habían acudido desde Quito a prestar su concurso en la obra de la iglesia, fue derribado del corcel en que cabalgaba, y quedó muerto de contado, o así lo supusieron todos. 

Condolidos los circunstantes de tan terrible y súbito desastre, llevan el cadáver a los pies de la Virgen, piden entre gemidos, devuelva la vida y la salud a aquel desgraciado; inmediatamente el hombre levántase en pie, sin lesión alguna, entre el estupor y los clamores de esa piadosa y creyente multitud.

El bello y espacioso templo dedicado en 1630, ha sufrido después varias modificaciones, ya por la piedad de los fieles deseosa de añadirle nuevos adornos   de que antes carecía, como el camarín y la fachada, ya por los terremotos que tan de continuo y rudamente sacuden todo nuestro suelo. Esto ha dado lugar a otros hermosos portentos de María en favor de sus fieles servidores.